miércoles, 23 de julio de 2008

La censura progre

Que España está llena de manipuladores no es ninguna novedad, pero muchas de sus tácticas pasan desapercibidas al gran público, ya sea por pereza de informarse, por ignorancia o por comodidad de tragar lo que le den ya mascado, como le han acostumbrado los grandes medios de comunicación (manipulación) masiva.

El pasado 23 de junio el canal vasco EITB24 publicaba una entrevista a Anaitze Agirre, una de las responsables de “Mugak, Observatorio de los Medios”, del grupo de presión pro-inmigracionista SOS Racismo. Este observatorio mediático se dedica, supuestamente, a estudiar el tratamiento que le dan los medios al problema de la inmigración, y según Aguirre, “buscar la forma de darle un giro a esta situación” porque “lo más importante es romper con los estereotipos establecidos”. También según manifiesta Agirre, este observatorio funciona desde 2004 y “ahí se puede encontrar todo lo relacionado con la inmigración que se ha publicado en el Estado desde esa fecha”. Mentira. Los responsables de esos resúmenes de prensa sólo seleccionan las noticias que presentan a los inmigrantes como víctimas, y obvian premeditadamente las toneladas de notas de prensa de las agencias que dan cuenta de crímenes y delitos cometidos por extranjeros en España. Comprobar este extremo es tan fácil como acceder a Mugak (www.mugak.eu) y comparar los contenidos con los que publica el Grupo de Estudio de la Inmigración en España de Minuto Digital (www.minutodigital.com/inmigracion/). Mugak busca la victimización del inmigrante y manipula mediante la selección las informaciones que ofrece sobre este problema, escondiendo la información negativa que genera la delincuencia importada.

Otro caso similar, pero mucho más descarado, es el de Movimiento Contra la Intolerancia. Esta asociación presidida por Esteban Ibarra, un antiguo militante de la ultraizquierda más radical, elabora informes sin ningún tipo de credibilidad ni de rigor que le han costado al contribuyente español más de tres millones de euros. En esos pamfletos se listan noticias no confirmadas, simples rumores o falsedades manifiestas sólo para crear la sensación de que España está plagada de racistas, fascistas, xenófobos y neonazis que están al acecho del inmigrante. El último “informe” Raxen, del mes de marzo, se titula “Racismo, Xenofobia, Antisemitismo, Islamofobia, Neofascismo, Homofobia y otras manifestaciones de intolerancia a través de los hechos”. Este documento mezcla noticias de todo tipo que nada tienen que ver ni con actos de racismo ni de xenofobia, como por ejemplo casos de violencia en el fútbol, con los pocos casos de agresiones motivadas por cuestiones raciales que se dan en España. El resultado es un listado enorme de temas que nada tienen que ver con lo enunciado, pero que ayudan a llenar páginas, con lo que el lector tiene la sensación de que España está llena de racistas y neofascistas. Y para más inri semejante refrito completamente falto de rigor cuenta con la subvención del Ministerio de Trabajo e Inmigración y del Fondo Social Europeo.

Movimiento Contra la Intolerancia, en colaboración con el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia, y con el MIGRACOM de la Universidad Autónoma de Barcelona, también realiza desde el mes de abril su particular análisis del tratamiento informativo de la inmigración en los principales medios de comunicación españoles. Para evaluar el tratamiento “adecuado o no de la inmigración” dice Movimiento que tomará “como referencia algunos manuales o guías de recomendaciones como por ejemplo la Guía práctica para los profesionales de los medios de comunicación”, que presentó el pasado 5 de diciembre el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia, dependiente de la Dirección General para la Integración de Inmigrantes. Este texto aboga abiertamente por la autoregulación de los medios, eufemismo de autocensura, a la hora de abordar temas como la delincuencia inmigrante, y recomienda descaradamente a los mismos que se abstengan de publicar noticias negativas sobre la inmigración y que destaquen sólo las positivas. La voluntad de manipulación no puede ser ya más manifiesta.

Tanto SOS Racismo como Movimiento Contra la Intolerancia se oponen frontalmente a la libre circulación de la información, y abogan por la selección de la misma para evitar que las noticias incómodas sean de dominio público. Y para desarrollar estas labores de censura y manipulación inaceptables reciben jugosísimas subvenciones que salen de los impuestos que paga el pueblo español. Con el apoyo institucional a semejantes irresponsabilidades se ha logrado que sólo se consideren “agresiones racistas” los casos en que los agresores son españoles y las víctimas inmigrantes, pero nunca cuando es al revés (es decir, la mayoría de las veces). Este tipo de asociaciones deberían de estar aisladas por un cordón sanitario, si no directamente prohibidas, puesto que sólo existen para intoxicar la información que recibe el ciudadano y para difundir conceptos completamente falsos sobre la realidad social española. Mientras que es sabido que el porcentaje de internos extranjeros en las cárceles españolas es enorme y crece día a día, manipuladores como los antes citados se empeñan en negar la evidencia y en trabajar para que la información que llega al gran público oculte la realidad.

Hace sesenta años la censura trabajaba a golpe de tijeras; hoy en día simplemente seleccionando lo que es politicamente correcto decir y lo que no, y etiquetando de racista para arriba a quien no quiera seguir sus directrices. Y encima, quienes se autoproclaman como defensores de la tolerancia para poder ejercer de censores, no tienen ninguna legitimidad moral ni ética para atribuírse el derecho de decidir qué es correcto y qué no.

Minuto Digital, 2 de julio de 2008

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