sábado, 26 de julio de 2008

El buen Benjamí Villoslada

Benjamí Villoslada es programador, diseñador, locutor de radio y activista del software libre. Tiene un blog donde comenta sus cosas, un sitio que no está mal, con ocurrencias interesantes, anécdotas y comentarios que lo hacen de agradable lectura. Parece un tipo sensato, de buena fe. Buena persona, diría yo. Por sus escritos, da la impresión de ser calmado y tranquilo, discreto. En diciembre de 2005 creó Menéame, junto con el argentino Ricardo Galli. Y creo que ahí se equivocó, asociándose con semejante personaje.

Galli es todo lo contario de Benjamí. Prepotente, manipulador, falso. Mala persona, diría yo. Su afán de protagonismo le lleva al histrionismo más absurdo. Sus ansias de protagonismo son tan grandes que se presenta como el único creador de Menéame. Wikipedia así lo afirma cuando habla de esa web. En la entrada que el mismo Galli también tiene en Wikipedia, se repite el esquema: “en diciembre de 2005 programó Menéame“. Pero ni una palabra de Benjamí. Sin embargo, en la entada que Benjamí tiene en Wikipedia, sí que podemos leer lo siguiente: “en diciembre de 2005 creó, junto con Ricardo Galli, Menéame“. Ahí vemos la buena fe de Benjamí: reconoce que no lo hizo solo. Sin embargo, Galli se presenta como la madre que parió al engendro, él solito, sin ayda de nadie.

En mi opinión, Galli tiene a Benjamí como segundo de abordo en Menéame, ese proyecto que, pudiendo haber sido interesante, ha acabado convertido en un instrumento de manipulación ideológica. Ayer publiqué un comentario en el blog de Galli explicándole en su propio lenguaje por qué no debe insultar a la gente. Y añadí el siguiente parágrafo:

“Veo que no ha tardado Benjamí en aparecer detrás de su amo. Ese Benjamí que queda siempre a la sombra, ofuscado por la gran personalidad del gran Galli. Pobre Benjamí, siempre siendo el segundo de abordo.”

A Galli le faltó tiempo para censurar lo que no le gustó de mi escrito: “Lo moderé porque insulta (con insultos muy graves) a otras personas, lo que demuestra la capacidad intectual de estos personajillos ignorantes fachas y racistas.”

A la vista de esta nota, cualquiera puede pensar que llamé hijo de puta a alguien o que me cagué en algo gordo. Veamos ahora cuál fue mi comentario completo, para entender qué es lo que censuró Galli:

En fin, hablar con vosotros es como hablar con paredes.

A ver si en vuestro propio lenguaje me entendéis:

“Ricardo Galli es un inmigrante de mierda que edita una web de mierda que no es más que un plagio de otra mierda que ya existía en los Estados Unidos”.

Queda feo, ¿verdad? Sin embargo, según tus propios argumentos, decir que eres un “inmigrante de mierda” y que editas una “web de mierda plagiada” no es más que hacer uso de mi libertad de expresión. Igual como tú usas la tuya para tildar de “mierda de noticia filoracista” y “mierda de pasquín amarillista-facha” a Minuto Digital.

¿Verdad que no te gusta que te traten de mierda? Pues a los demás tampoco.

Los progres no tenéis remedio. Sois así, qué se le va a hacer. Tiene que haber de todo en el mundo, por lo visto. Hasta vosotros. Veo que no ha tardado Benjamí en aparecer detrás de su amo. Ese Benjamí que queda siempre a la sombra, ofuscado por la gran personalidad del gran Galli. Pobre Benjamí, siempre siendo el segundo de abordo.

En rojo, lo que Galli censuró y calificó de “insultos muy graves a otras personas”. Podría esperarse que suprimiese las palabas malsonantes del ejemplo que le puse para explicarle por qué no debe decir caca. Pero no. Borró mi observación sobre Benjamí y sobre la manera en que Galli lo ningunea. El sumo sacerdote de la secta no quiere que nadie le haga sombra.

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