Progres, oenegetas y otras gentuzas de mal vivir están alarmados por el resultado de una encuesta que refleja el amplio rechazo que produce en la escuela la invasión de tercermundistas que sufrimos día a día. Según el sondeo del Observatorio Español de Convivencia Escolar, dependiente del Ministerio de Educación, casi la mitad de los alumnos rechazaría trabajar con marroquíes, gitanos y sudamericanos. Los autores de la encuesta califican esta actitud de "intolerancia" sin preguntarse tan siquiera por qué motivos nuestros jóvenes rechazan a estos colectivos.
Por otra parte, los europeos occidentales y los norteamericanos son quienes menos rechazo inspiran. Quizás sea porque no forman bandas latinas, ni van por ahí pegando el palo, ni manosean en grupo a las alumnas, ni amenazan ni agreden en manada, ni acostumbran a pasar hachís durante la hora del recreo.
Es muy fácil calificar de "racismo" e "intolerancia" una actitud que la mayor parte de las veces no responde más que a un mecanismo de autodefensa humano: no juntarse con quien trae problemas. Los sociólogos intentan buscar mil explicaciones laberínticas al por qué de este rechazo hacia los tercermundistas, y lo atribuyen a malvadas intenciones racistas, fascistas, nazis y xenófobas, cuando en realidad no tiene más motivo que el protegerse de colectivos que, mayoritariamente, mantienen actitudes muy incívicas, cuando no claramente delictivas. Hablan de "diferencia cultural" cuando deberían decir abiertamente "gamberrismo" o "conflictividad" para apuntar a los motivos del rechazo. Las diferencias en la cultura de una persona, si realmente lo que tiene es cultura, no provocan rechazo. Lo que sí lo provoca es justamente lo contario de cultura, la incultura, y automáticamente esa falta de cultura provoca rechazo de los que están civilizados y se comportan según unos estándares sociales asumidos.
Que busquen estos sociólogos la manera de civilizar a quienes dicen ser rechazados y, si lo logran, ese rechazo va a desaparecer de inmediato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario