miércoles, 23 de julio de 2008

Adiós, España

El islam avanza por España a marchas forzadas, ganando terreno y con la complacencia de gobiernos inútiles y obispos incompetentes. Las cárceles, saturadas de inmigrantes. Las páginas de sucesos, igual. En el Ejército, que es lo último que quedaba, ya no se puede confiar, pues está lleno de mercenarios extanjeros. Cien mil inmigrantes cobran el paro, y la cifra suma y sigue. Las bandas latinas ya han tomado, literalmente, varias zonas de las grandes ciudades y hasta de los pequeños pueblos. Los minaretes se alzan al lado de los campanarios. Turbas de sudamericanos ocupan espacios públicos por doquier a ritmo de reagetón o como coño se escriba. Los aeropuertos internacionales siguen vomitando toneladas de inmigrantes con visado de turista para tres meses pero sin intención alguna de irse cuando caduque. Por mar siguen llegando negros y moros a raudales, y de la frontera francesa nos viene lo mejor de Europa del Este. Los gitanos rumanos alzan sus campamentos en cualquier parte de España, y jamás se han leído tantas noticias sobre asesinatos, homicidios, robos y violaciones en los periódicos. Zapatero les regala el voto a los invasores, y a quien defiende sus derechos le llaman racista, nazi, xenófobo y fascista.

Y a pesar de todo esto, el pueblo español vota al cenizo que lo provoca y lo fomenta y le da carta blanca para destrozar España cuatro años más. Los socialistas, cada vez que han tocado poder, han arruinado a España. Esta vez se la van a cargar. Porque, amigos, España esto no lo resiste. Ahora sí que no. España será en breves un recuerdo, una enorme montaña de estiércol que ni se asemejará a lo que fue. ¿La culpa? De un pueblo cobarde, acomodado, vil, estúpido, amariconado, con el cerebro lavado por oenegeros y demás ponzoña humana, sin hagallas ni cojones para dar un puñetazo sobre la mesa y decir que hasta aquí hemos llegado.

Mientras a la gente le siga pareciendo "racismo" defender sus propios derechos, e "intolerancia" el no dejarse pisotear, no habrá nada que hacer.

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