"Crezca la economía lo que crezca, España va a seguir incrementando la ayuda al desarrollo". Palabra de Zapatero. Mientras tanto, en España, algunos se quitan la vida por la insoportable situación económica que tienen que atravesar.
Por lo visto a Zapatero no le importa que se hunda la bolsa, ni que la inflación alcance el 5%, ni que las matriculaciones de turismos se desplomen, ni que 120.000 familias estén a punto de perder sus casas por no poder pagar las hipotecas. Lo importante para este personaje es quedar bien ante la galería progre y decir que lo suyo es mandar dinero a los pobres del mundo hasta alcanzar el famoso 0,7% del PIB que impulsaron los vividores de las ONGs hace unos años. Escudándose detrás de un falso humanismo y de un buenismo que apesta a manipulación, lo que hace este aprovechado no es más que precampaña electoral para que le voten los inmigrantes, intentando asociar términos simplistas: "mando dinero al tercer mundo, por lo tanto soy muy bueno, por lo tanto me votarán los inmigrantes porque estoy con sus países". En póker a esto se le llama farolada. En política, golpe de estado encubierto. Da el voto premeditadamente a un sector al que no para de favorecer adrede justamente para conseguir que le voten. La autoridad judicial debería ser lo suficientemente fuerte como para poder disolver gobiernos así de traidores y procesar a quienes engañan al pueblo de esta manera.
Antes de que la cosa vaya a mayores, el Gobierno debería ser disuelto y se deberían convocar elecciones generales anticipadas, por orden judicial, con prohibición explícita a la banda de inútiles que hay ahora de volver a presentarse y obligando al PSOE a configurar sus listas con gente que no haya demostrado los niveles de incopetencia y mamoneo exhibidos hasta la fecha.
La urgencia de este gobierno era que los homosexuales se pudiesen casar y adoptar niños, porque en su momento eso "vendió". Ahora les corre prisa dar el voto a los inmigrantes y quedar ante ellos como benefactores de sus pedregales, para perpetuar a este sujeto en la presidencia de España mediante un voto artificial, provocado y manipulado. España va directa a la ruína económica, a la tercermundización, a la perdición, a la guerra civil, a la revolución popular o al golpe de estado. Y nada de lo enumerado es demasiado esperanzador.
Pero lo más penoso es que la gente discuta por si se es de derechas o de izquierdas, rojo o azul, facha o sociata. Zapatero se ha reído de todo el país. Cada vez que el PSOE ha tocado poder, ha acabado arruinando a España. Las ultrademagógicas leyes sociales que ha promulgado se han quedado sin efecto por falta de fondos, como la famosa ley de dependencia, que ni se aplica ni puede aplicarse porque no hay un duro.
Españoles, uníos. Da igual si habéis votado a PP, a PSOE o a la madre que los parió a los dos. Uníos, y que no os sigan tomando el pelo. España se va a la mierda cada minuto que pasa, y esos granujas que la llevan a la deriva se ríen de todos nosotros. Uníos como lo que sois, españoles, hermanos, vecinos, y preparaos para hacer frente a uno de los periodos más convulsos de la historia reciente española. Evitar el desastre que se avecina no es ni de derechas ni de izquierdas, sino de sentido común. Las ideologías aquí no pintan nada, porque el barco se hunde y arrastrará a todos por igual, pensemos como pensemos. Uníos y reaccionad contra este desmadre, porque ya veis las intenciones de quien lleva el timón: regalar dinero al tercer mundo mientras nuestro país se hunde en la miseria y, encima, dar la soberanía a extranjeros que podrán votar y presentarse primero a las próximas municipales, y después a las generales. Este gobierno es indigno y no merece gobernar. Ni tan siquiera merece ser llamado "gobierno".
Se puede ser progre, se puede ser facha o se puede pasar de la política. Pero lo que no se puede ser es ciego y no querer ver la que se está armando por culpa de cuatro demagogos que harán lo que sea para mantener el sillón. Están vendiendo a su propio pueblo a cambio de un puñado de votos. ¡Traidores!
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