Resulta que el único ministro del actual Gobierno que no tiene estudios superiores, es el que tiene los cojones más bien puestos. Ni corto ni perezoso ha dicho que se acabaron las reagrupaciones familiares de inmigrantes para traer a viejos improductivos que sólo chupen de la Seguridad Social. Con esta medida se evitará la entrada en España de un millón de indeseables en unos pocos meses. Así de claro. Y con esta afirmación ha pulverizado el "buenismo" que caracterizó el mandato del nefasto Caldera. Corbacho ha reconocido que "si no se modifican las actuales condiciones de reagrupación familiar colapsará el llamado Estado de bienestar". El humanismo que vendía el PSOE con su extrema comprensión hacia los harapientos que han invadido España se ha acabado de golpe y porrazo, y ahora dicen claramente que no quieren más inmigrantes. Se acabó el rollo de "todos somos iguales", "también son personas", "ningún ser humano es ilegal" y memeces por el estilo. La crisis económica está empezando a poner las cosas en su sitio, y se dan cuenta que de tan generosos que han sido con el dinero del contribuyente español, se han quedado sin un duro. Y claro, ante la falta de liquidez, el humanitarismo y demás monsergas comprensivas se van directamente al cubo de la basura. La realidad siempre acaba imponiéndose.
Por decir lo que ahora dice Corbacho, que en España no cabe todo el mundo y que este país no es una asquerosa ONG, me tacharon de racista. Y ahora tampoco faltan voces de invasores que le llaman xenófobo a Corbacho. Esa pandilla de aprovechados intentará hacer uso del arma arrojadiza que les dieron los endófobos antiespañoles de SOS Racismo y similares, pero ya se ha gastado. Sin un duro en el bolsillo, lo que le llamen a uno poco importa. Y así es como está el Estado: más pelado que una rata.
Pero las rebajas socialistas no acaban aquí, y también proponen a los inmigrantes desempleados que se larguen de España a cambio de recibir todo el subsidio del paro en dos pagos únicos. Resulta que tenemos que acabar pagándoles para que se vayan a los que vinieron "a pagarnos las pensiones".
Ya sólo falta que Corbacho no le de ni un céntimo más de subvenciones al vividor de Esteban Ibarra, que retire los millonarios donativos a la Asociación de Inmigrantes y Trabajadores Marroquíes, y que se plantee empezar a deportar a la escoria de las bandas latinas, que sólo generan malestar y suciedad. Con estas medidas, España será un país algo más habitable, aunque seguirá necesitando una limpieza a fondo de tan sucia como ha quedado desde que Aznar abriese la puerta de las primeras regularizaciones masivas.
Aquí tenéis el resultado de la política de "papeles para todos", con el inútil de Caldera como adalid de la estupiedez. Y lo que es peor, con el consentimiento del pueblo español, un pueblo cobarde y aborregado, comodón y holgazán, hipnotizado por políticos de pacotilla que consideran "guay" ser de izquierdas y "racista" a cualquiera con sentido común. Con una izquierda idiota y una derecha acomplejada. Pues ahora a pringar todos.
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