Se trata de un acto más de la opereta que orquesta el PSOE para perpetuarse en el poder gracias al voto de los extranjeros. Ahora ha sido en Almería, donde este partido ha fichado a la inmigrante marroquí Naima Ejbari como Secretaria de Inmigración y con el único propósito de captar el voto de los extranjeros. El PSOE andaluz ya incorporó días atrás al también inmigrante marroquí Lahbib Chebat en su Ejecutiva al frente de la Secretaría de Cooperación e Integración.
La aberración de dar el voto a los inmigrantes en las próximas municipales no es más que el paso previo para dárselo en las generales. La excusa esgrimida por el PSOE para no reformar la Constitución es el establecimiento de tratados similares con los países de origen de esta gente para reconocer ahí el derecho a voto de los españoles que residan en esos países. La diferencia es que mientras en Senegal, por ejemplo, votarán (si lo hacen) 50 españoles como mucho, en España podrán votar (que lo harán) decenas de miles de senegaleses, sumando varios millones de votos entre todos los inmigrantes.
El PSOE es un partido antiespañol, que sólo busca continuar aferrándose al poder, que ve peligrar por los desastres que está provocando su pésima gestión de todo cuanto al Estado se refiere. Y la solución que se les ha ocurrido es igual de asquerosa que las demás líneas de su actuación: camelarse a los inmigrantes para que los voten, y darles derecho a voto. Teniendo en cuenta la poca diferencia de votos que acostumbra a separar al PP del PSOE, esto es un golpe de Estado encubierto, por mucho que los socialistas quieran disfrazarlo de acción "humanitaria". A ver si ahora también será humanitarismo dar la sobiranía de la patria a los inmigrantes, además de llenarlos de subvenciones, discriminaciones positivas y favoritismos para lograr que voten al más pésimo presidente que jamás ha visto España.
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