sábado, 2 de agosto de 2008

Otra “brutal agresión racista” contra una ecuatoriana

Por Colmenarejo circula un vídeo que muestra una pelea entre dos chicas. Una española da golpes y patadas a una ecuatoriana. Los progretas de siempre no tardarán en ladrar que es un brutal ataque racista y el suceso acabará en alguna ponzoñosa lista de “crímenes de odio” editada por sujetos de credibilidad nula. Pero la verdad es que se trata, simplemente, de una pelea callejera entre menores. Pero atención, como la agredida es ecuatoriana, han saltado todas las alarmas y los medios le han prestado especial atención al caso, no fuese que una neonazi quinceañera se dedicase a “limpiar” Colmenarejo por su cuenta. Es lo de siempre: si se pelean dos españoles sólo es una reyerta; si se pelea un español con un inmigrante, a la fuerza tiene que ser un acto de racismo según el evangelio giliprogre.

Por lo que explican los jóvenes de Colmenarejo, la ecuatoriana se buscó la paliza que le cayó, puesto que andaba insultando a la que le acabó explicando la lección. Con un poco de suerte igual volvemos a ver el circo diplomático que se armó cuando en un tren de Barcelona un borracho le dio dos cachetes a otra ecuatoriana. El gobierno de Ecuador, tan preocupado por sus ciudadanos en España, podría llevárselos a todos de vuelta a casa y cuidar de ellos allí. Y también podría, en un gesto de humildad, pedir disculpas al pueblo español cada vez que uno de sus nacionales apuñala, atraca, viola o asesina a uno de los nuestros.

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